Aprovechando que calla la noche,
los entes atraviesan la densa atmósfera
con su gris nave con forma de pera;
me quieren abducir, sin que reproche.
Un gran haz de luz verde me absorbe
y , sigilosamente, me levita
mientras sueño tetas y, eso, me irrita;
¡pues , ahora, no quiero dejar este orbe!
Deformes selenitas, ¡ apartad,
de mí, vuestras membranosas manos
y apresad especímenes no insanos!
¿ o es que os llegó también la austeridad?
Me abren el cráneo y no estoy difunto
no hallan cerebro, sólo cuerdas viejas,
las cortan y, se caen mis orejas
¡A casa, ya está bien el asunto!